Como lo analizamos en nuestro último programa semanal de Pilatti en Vivo, la organización del evento del 4 de mayo en el T-Mobile Arena transmite la certeza de que se cometieron varios errores, que nacieron con la decisión de Saúl Alvarez de evitar una pelea contra David Benavidez. Recordar que el rival elegido era Jermall Charlo. Cuando cayó esa pelea y PBC tuvo a Benavidez como única alternativa, Canelo rompió el contrato pese a que le garantizaba un piso mínimo de 35 a 40 millones de dólares.
La pelea con Jaime Munguia nació del oportunismo tanto de Canelo Promotions como de Zanfer Boxing que representa en parte a Munguia junto con Golden Boy Promotions de Oscar de la Hoya.
La primera conclusión es que asumieron un reto para el que no están preparados. Hubo poco tiempo desde la decisión al día de la pelea, no hubo inversión alguna en promocionar el evento, faltaron giras, conferencias, tuvieron que recurrir a PBC para que se encargue de la logística y la distribución junto a DAZN, junto a la incertidumbre sobre la venta de PPV que tampoco ha tenido la debida promoción.
La venta de entradas al T-mobile puede ayudar en la recaudación, pero tampoco hay garantías.Los tradicionales portales de venta de boletos tienen una oferta abundante y no se vieron esta vez corridas de revendedores que en eventos anteriores agotaban rápidamente los boletos. Algo que siempre funcionaba como una promoción adicional.
La audiencia televisiva, en la nueva era digital, ni por asomo se aproxima a la de años atrás cuando comprar peleas era parte del presupuesto misceláneo en EEUU. El exceso de atracciones vendidas por una misma modalidad que compiten por el tiempo en pantalla, unido a la distribución gratuita a otros mercados fuera de EEUU y todas las formas de pirateria que abundan en el mundo digital, conspiran contra un evento de esta magnitud.
Una fuente consultada en el campo de la promoción nos señaló un dato que puede ilustrar el riesgo. Deberían vender como mínimo 500.000 PPVs para asomar la nariz. O sea, cubrir gastos, luego de los porcentajes de transmisión y que les sobrara a los dos rivales una ganancia mínima.
Resumiendo, evitar a David Benavidez suena a tiro en el pie para Canelo, por más que si su fiesta en Las Vegas termina en un fracaso de ventas, posiblemente nunca nos vamos a enterar.