Daniel Dubois consiguió este sábado una contundente victoria por KO en el quinto asalto sobre Anthony Joshua. Una pelea que se celebró en un repleto estadio de Wembley ante más de 96.000 personas, de acuerdo con los primeros reportes. Ese número de asistentes fue un éxito enorme y un éxito que tiene un solo responsable, un solo causante, una figura mediática de primer nivel que en lo comercial realmente es la cara del boxeo, independiente de que a él el boxeo ya lo haya abandonado. Me refiero a Anthony Joshua. Nadie consigue tener ese poder de convocatoria y de venta, pero está claro que boxísticamente hace rato que ya es un exboxeador el pobre Anthony Joshua y lo demostró en esta pelea.
A a puro bombazo, a puro volado, sin tener mucho cuidado, incluso en la parte defensiva, Dubois se lo llevó por delante y le dio una golpiza a Joshua, cumpliendo en parte algo de que les habíamos vaticinado en las previas, de que si salía a tomar la iniciativa temprano y Anthony Joshua se lo permitía, por allí terminaba la historia Y es que realmente estamos ante un Daniel Dubois que desde mi punto de vista está viviendo su gran momento y el boxeo en el máximo nivel empieza a vivir el momento de Daniel Dubois.
Cuidado, es un hombre joven, ambicioso, con muchas condiciones, que ha venido mejorando en todos los aspectos, que ha venido superando sus fallas para transformarlas en cosas positivas y muestra una motivación que lo va a llevar a lo máximo en la máxima división.
Viene de grandes victorias que no fueron poca cosa, fueron logradas) por la vía rápida y ante rivales realmente que en lo previo él no era el favorito y lo mismo demostró en esa derrota contra Oleksandr Usyk que se va a discutir hasta el cansancio si fue o no fue golpe bajo aquel que lo mandó a la lona Usyk y que pudo ser un knockout que le diera la pelea a Daniel Dubois.
Seguramente ahora, luego de su impresionante victoria, se va a empezar a discutir el tema de la revancha. Una revancha que ni figuraba en las predicciones, pero que Eddie Hearn sorprendió a todos anunciando de que hay una cláusula en la letra chica del contrato que establece la obligatoriedad de una revancha inmediata, cosa que previamente había dicho el manejador de Dubois, Frank Warren, que no existía cláusula ninguna. Sin embargo, la cláusula existe y eso juega con el interés de mantener a Joshua en el negocio, porque pese a su deterioro es la gran atracción. O sea. La revancha la impone el negocio
¿Qué esperar? Otra pelea iguala a la de este sábado y hasta quizás una golpiza peor. No da para menos. En lo poco que le vimos en esta pelea, Joshua fue un hombre amarrado desde todos los aspectos, sin piernas, sin defensa, recibiendo golpes de todos los colores y sin ninguna capacidad de asimilación. También me llamó poderosamente la atención el hecho de que hubo algunos trallazos que no fueron limpios, incluso que parece como que lo rozan a Anthony Joshua y se cae igual porque las piernas no lo soportan, como que hay una disociación motora entre ese amarre mental y el amarre de las piernas.
Joshua no tiene un control exacto y se va a la lona ante el mínimo impacto. Transmitió una sensación triste, por momentos patética, moviéndose por el cuadrilátero se veía torpe.) O sea, Anthony Joshua no fue nada en este combate. Esa es la única realidad. Lo más importante, sí, que, como cara del boxeo, Anthony Joshua estaba afrontando peleas de riesgo y rivales legítimos. Quizás le podemos dar el crédito por ese lado, pero por el lado boxístico, el boxeo ya lo abandonó e inevitablemente debería pensar seriamente en salir de este negocio, por más que genere tantos millones o quizás tiene contratos que le obligan a mantenerse boxeando.